Lo que se conoce como “transformación digital” lleva años de moda, muchas empresas ven a la transformación digital como una oportunidad para darle sustentabilidad a sus negocios, si es que ésta coloca al cliente en el centro de todo y usa la tecnología como una herramienta más, junto a desarrollar cultura y liderazgo. Sin embargo, sin un adecuado entendimiento, existen riesgos de hacer una transformación digital.
Lo primero es mencionar que el “riesgo” es parte inherente de cualquier actividad comercial, ya que hacer negocios siempre conlleva incertidumbre. Y es responsabilidad de los líderes identificar adecuadamente ese riesgo y sus efectos, diseñar los mitigadores y definir el nivel de riesgos que están dispuestos a “tolerar”. Es fundamental entender ello ya que es la base para hacer una efectiva y eficiente gestión de riesgos. Existe múltiple evidencia en que las empresas que gestionan bien sus riesgos son más resilientes ante cambios y por ello también más rentables y sustentables.
La transformación digital conlleva dos grandes tipos de riesgos:
Primer Riesgo: El no hacer “nada”
Empresas que no están mirando su entorno, sus dinámicas competitivas, las disrupciones que están emergiendo, etc. están en un claro riesgo de ser “disruptados”, perder su negocio y potencialmente quedar fuera de mercado. El tipo caso de análisis fue cuando Netflix disruptó a BlockBuster (arriendo de videos) haciendo que esta última deje de existir. Este caso ya es “pasado”, sin embargo, hoy Netflix corre el riesgo de ser disruptado, ya que nuevas plataformas están innovando cada vez más fuerte en el mercado lo que obliga a Netflix pensar en una “nueva transformación”. A eso nos referimos como riesgo de no hacer nada.
Segundo Riesgo: Hacer la Transformación perdiendo la visión holística
En este caso las empresas si deciden transformar e incorporar tecnología, pero sin tener un propósito claro y para qué transformar. Este tipo de organizaciones corren un importante riesgo de vulnerabilidad, ya que es muy probable que gasten importantes sumas de dinero y esfuerzo organizacional sin un norte claro, generando un “desangre” financiero y desgaste reputacional. Ejemplos concretos son las empresas que empiezan a manejar información de clientes sin los debidos resguardos legales de protección de datos privados, que conlleva una exposición reputacional y de compliance muy importante. Otro ejemplo son empresas que incorporan sistemas y no desarrollan planes de continuidad operacional. Solo imaginen qué pasaría si a un banco se le cae el sistema de transferencias a fin de mes y cuál es el efecto en sus clientes.
Las empresas que hagan la transformación digital, agregando el “apellido” cultural, incorporando holísticamente a todos los estamentos de la organización, alineando & consensuando sus objetivos con el cliente en el centro, están correctamente mitigando los riesgos asociados a esa transformación. Estas empresas si serán resilientes al riesgo de ser disruptadas y podrán ir desarrollando en forma “ágil” nuevas formas de ser rentables y sustentables en sus negocios.
Jan Rush
Director Asociado Área de Riesgos