En Hayes & Corp, explicamos y entregamos sugerencias a las empresas para abordar uno de los siete ámbitos del Modelo Integral de Compliance: la Libre Competencia

Chile cuenta con una robusta legislación para prevenir y sancionar actos que atenten contra la Libre Competencia. En particular, el Decreto Ley 211, que entre otras cosas crea el Tribunal de Libre Competencia, tiene por objeto promover y defender la libre competencia en los mercados. Los atentados contra la libre competencia en las actividades económicas serán corregidos, prohibidos o reprimidos en la forma y con las sanciones previstas en esta ley.

Un principio fundamental de la libre competencia, es que los consumidores se ven más beneficiados y el mercado en general, es más eficiente, cuando los competidores toman sus decisiones estratégicas y comerciales con independencia de su competencia.

La Competencia, induce a las empresas a invertir, innovar, adoptar mejores estrategias para superar a sus competidores y beneficia a los consumidores con más y mejores productos y servicios, a mejores precios. Por eso, es recomendable que toda empresa disponga de una Política de Libre Competencia y un Manual de Libre Competencia, que permita entregar directrices y lineamientos concretos a todos los colaboradores para que las apliquen, en el ejercicio diario de sus funciones dentro de la compañía.

El objetivo de contar con estos documentos, no solo consiste en dar cumplimiento constante a las normas que regulan la libre competencia en los mercados, sino que además difundir dentro de la compañía cuáles son estas normas, qué sanciones traen aparejadas y cuáles son los riesgos asociados a cada una de las áreas que la conforman.

También es importante incluir el tema de la libre competencia en el Código de Ética, Reglamento Interno, incluir una cláusula en los contratos de trabajo de los colaboradores y junto con contar con estos documentos y difundirlos, es aconsejable realizar capacitaciones permanentes a los colaboradores, distinguiendo entre las áreas, en especial las de áreas comerciales, de manera que se enfoquen a las situaciones y riesgos que cada una de ellas se pueda ver afectada, indicando conductas prohibidas y conductas aceptadas.